En ocasiones, las cuales a ratos son más frecuentes que en otros casos, nos arrepentimos obsesivamente de los errores cometidos en el pasado, y en forma similar mantenemos ideas fijas en nuestras mentes de lo que nos va a suceder en el futuro lo cual, en ninguna de las dos situaciones mostradas, ayuda mucho que digamos al mantenimiento de la agradable serenidad que anhelamos.
Sin embargo, si nos enfocamos en el momento presente, las cosas cambian como por arte de magia o mejor como consecuencia de mantener limpia a nuestra imaginación, dejándola sin proyectar emocionalmente lo que nos pueda acontecer en un futuro o, sin castigarnos , ni darnos látigo, por las equivocaciones de ese antes que ya paso.
El pasado es un cheque cancelado sin que ello implique que pongamos aparte las enseñanzas de lo bueno y de lo malo que podamos extractar de él y el futuro es algo incierto que ni siquiera sepamos si a este vamos a llegar. De ahí que, si nos ubicamos en el hoy, estaremos sembrando fértiles semillas de alegría, abundancia, compasión y amor, que nos pondrán al alcance una mejor calidad de vida.
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Miami, Julio 2 de 2015
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