El gobierno tiene la impresión de
que ahora sí es posible que el Mercosur salga de su inoperancia y aislamiento y
cierre un acuerdo con la Unión Europea (UE) que le permita finalmente ampliar
sus horizontes comerciales, tan restringidos recientemente.
Rousseff y
Vázquez ayer luego de la cumbre en Brasilia. Foto: O Globo / GDA
JUAN PABLO CORREAvie may 22 2015
Dilma Rousseff, presidente de Brasil, el "líder natural"
como lo llamó ayer el ministro de Economía, Danilo Astori, le dejó bien en
claro a Tabaré Vázquez en Brasilia que el acuerdo es una prioridad para su
gobierno y quiere que se cierre este año.
Vázquez realizó ayer un viaje relámpago a Brasilia con Astori, el
canciller Rodolfo Nin Novoa y la ministra de Industria, Carolina Cosse.
Compartió un almuerzo y un brindis con Rousseff y volvió sobre las 20.30 a la
Base Aérea N° 1. En la reunión se conversó de varios temas bilaterales aunque
el punto central es la posibilidad cierta de que finalmente las conversaciones
con la UE salgan del letargo de los últimos 20 años. Vázquez no habló con la
prensa a su llegada a Montevideo y delegó en sus ministros la tarea de informar
sobre la reunión con Rousseff.
Nin Novoa no ahorró adjetivos para describir la importancia del claro
pronunciamiento brasileño: dijo que era "una gran noticia", una
"novedad absoluta" y que "estamos muy reconfortados, muy
satisfechos". Especificó que Uruguay ya tiene definido que ofertará abrir
a la competencia europea la gran mayoría de los ítems arancelarios, más del
92%.
En este tema Brasil, Uruguay y
Paraguay "están exactamente en el mismo rumbo", aseguró Astori.
Argentina "no va a quedar afuera, no queremos que quede afuera",
complementó Nin Novoa, pero la forma en que se sumará será objeto de discusión.
Por lo pronto, la modalidad de la participación de Argentina será objetivo de
reuniones bilaterales entre ese país y Brasil. Y Argentina ya planteó que
pretende contar con un período "de gracia" de ocho años para
postergar la exposición de algunos de sus sectores de actividad a la
competencia europea. De esta forma, se aceptaría el tantas veces mencionado
concepto de las "dos velocidades" que de hecho la UE ya aceptó cuando
cerró un acuerdo con la Comunidad Andina. Se quiere "respetar los tiempos
de Argentina", explicó Nin.
Hace una
década Brasil vetó la posibilidad de que Uruguay tuviese flexibilidad para
acordar con Estados Unidos, pero ahora todo cambió. La administración Rousseff
sí tendría interés en este momento en que el Mercosur se abra más al mundo
porque su cancillería y la clase empresarial brasileña habrían percibido que ni
el mercado interno ni la región alcanzan para sustentar un crecimiento
vigoroso.
Cuando
nació el Mercosur, Brasil, pese a la renuencia uruguaya, insistió para que
existiese un Arancel Externo Común alto, o sea una muralla defensiva contra las
importaciones de fuera de la región.
Ahora Astori, que lleva años
criticando el Mercosur y pidiendo que se abra más al mundo, considera que la
postura brasileña "es la flexibilidad que tanto reclamamos". Un
eventual acuerdo con la UE sería "fundamental para concretar otros
acuerdos". Además servirá para acumular información que pueda ser útil a
la hora de negociar el acuerdo de liberalización del comercio de servicios, el
polémico TISA. Es que las tratativas con la UE, se preocupó de explicar Astori,
incluirán no solamente bienes sino también servicios. Uruguay determinará
"intereses defensivos", o sea que definirá algunos sectores a los que
preservará de la competencia europea. Seguramente, algunos de ellos serán la
refinación e importación de combustible y la telefonía básica que en Uruguay
son un monopolio del Estado. La definición precisa de las características de la
oferta corresponderá a equipos técnicos ministeriales que se reunirán en las
próximas semanas.
Históricamente,
Europa ha buscado preservar de la competencia a sus agricultores que serían los
que tendrían más para perder por la competencia de los eficientes productores
agropecuarios latinoamericanos.
Astori dijo
a El País que ahora hay indicios de que la UE está dispuesta a flexibilizar esa
posición. "Ahí va a ser fundamental lo que haga Francia", señaló, en
referencia a que ese país ha sido históricamente el abanderado del proteccionismo
agrícola. El ministro reconoció que también la industria latinoamericana tendrá
que estar dispuesta a adaptarse.
Cronograma.
Lo que más
entusiasma a los ministros es que parece haber un cronograma para el proceso.
El 11 de junio, se reunirán los cancilleres de la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños (Celac, que incluye obviamente al Mercosur) en
Bruselas y quizás allí se pueda determinar con más precisión la voluntad de
acordar de las partes.
El 17 de
julio, en Brasilia, habrá una cumbre de los presidentes del bloque que también
puede marcar un hito en este proceso con el que Brasil ahora parece haberse
comprometido fuertemente.
Vázquez
quiere que la oferta de la propuesta del Mercosur a la UE se presente en la
mencionada reunión de Bruselas. Su visión crítica del Mercosur quedó ayer bien
clara. "Tenemos que rescatarlo, reanimarlo, fortalecerlo y colocarlo al
servicio de sus países y, fundamentalmente, al servicio de nuestros pueblos. Si
nuestros pueblos no sienten que el Mercosur sirve para mejorar la vida
cotidiana, para poco servirán nuestras mejores intenciones", sostuvo en
Brasilia.
El
principal exportador europeo a Uruguay es Alemania, país de fortísima
industria, del cual provinieron en 2014 el 4,1% de las importaciones locales.
Ningún país de la UE figura entre los cinco principales destinos de las
exportaciones uruguayas. El primero es Alemania, en el lugar siete. Recibió en
2014 el 3,4% de las exportaciones uruguayas.
Un 80% de
las ventas de la UE a Uruguay son productos manufacturados (químicos,
maquinaria, vehículos). La UE importa principalmente productos primarios desde
Uruguay, en especial carnes (30%), cueros (10%) y soja (10%). También compra
madera, pescado, arroz, lana y cítricos. El 25% de sus exportaciones de carne
van a la UE. Uruguay tiene una cuota de alta calidad (la Hilton, de 6.300
toneladas anuales).
LO QUE SE CONVERSÓ EN BRASILIA.
UE: Brasil pone su peso en la búsqueda de un acuerdo.
En 1995 comenzaron en Madrid las conversaciones para un acuerdo Mercosur-UE que desde entonces languidecieron. Pero el bloque europeo negocia ahora con Estados Unidos. Y la posibilidad de que las empresas brasileñas queden en desventaja frente a las estadounidenses en el mercado europeo también debe haber contribuido al viraje en la estrategia norteña. El Mercosur no ha cerrado recientemente acuerdos de relevancia.
Autopartes: Plantearon mayor apertura a Brasil.
La ministra de Industria, Carolina Cosse, planteó 10 puntos a las autoridades brasileñas. El principal de ellos es que Uruguay pretende el acceso irrestricto de sus autopartes a Brasil libres de aranceles. Uruguay y Brasil tienen un acuerdo automotor a través del cual las exportaciones de vehículos sin aranceles desde el país norteño al mercado local generan una cuota de libre ingreso de autopartes uruguayas al país norteño.
Energía: Inédita compra de electricidad uruguaya.
Brasil comunicó a Uruguay que a partir de ayer habilitó la compra de energía eléctrica de origen uruguayo a través de la conexión de extra alta tensión San Carlos-Presidente Médici. Sería la primera vez que Brasil compraría energía a otro país, destacó Cosse. Por otra parte, en el encuentro presidencial se acordó que ambos países construirán un nuevo puente sobre el río Yaguarón y será reparado el puente "Barón de Mauá".
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